El
urbanismo original de la ciudad de Almansa viene
configurado, principalmente, por toda una serie de callejuelas que
circunvalan la enorme roca (el cerro del Águila) que está coronada
por su célebre castillo, espectacularmente erguido sobre el llano,
el mejor conservado de la provincia, el más representativo
de Castilla-La
Mancha y
uno de los más bellos de España.
Sin
duda sobre fortificaciones almohades (musulmanas)
anteriores, levantó don
Juan Manuel su
fortaleza en el siglo
XIV.
Así lo indican algunos documentos publicados por Aurelio Pretel. En
uno de ellos, de 1338,
sobre el aprovechamiento de aguas de Alpera,
se establecen varias penas que, en todo o en parte se habían de
destinar para el castillo de Almansa.
En 1346,
cuando don
Juan Manuel hace
merced al concejo de Almansa de
tierras de riego de su posesión y del agua que le correspondía,
pide a cambio: